El de este miércoles en Riad no ha constituido la excepción, pese a ser excepcional por ritmo, alternativas, calidad, ocasiones y goles, muchos goles que a la postre han dado esta vez la victoria y la clasificación al Real Madrid.
Pronto advertían ambos equipos de su rabiosa vocación ofensiva durante la semifinal de la Supercopa con una portentosa parada de Kepa a disparo de Lino cuando el cronómetro apenas se había puesto a funcionar.
Era el preludio del primer tanto, que el central Mario Hermoso cabeceaba a la red a los siete minutos, replicado un cuarto de hora después por el alemán Rüdiger a centro medido desde la esquina de Luka Modrić.
Poco más tarde Rodrygo estaba cerca de darle la vuelta al electrónico, cediendo el honor a Mendy, cuyo remate de primeras a centro de Carvajal despistaba a Jan Oblak.
No se rendían los rojiblancos con un Griezmann antológico que firmaba una diana memorable, repleta de talento y culminada con un derechazo imparable antes del descanso.
La segunda parte no rebajaba el ritmo con los banquillos moviéndose para una vertiginosa yincana final en la que Rüdiger introducía sin querer el balón tras un rebote y Carvajal mandaba a la prórroga la eliminatoria con un remate de delantero nato tras varias paradas imposibles de Oblak.
El tiempo suplementario se erigía así en juez y parte de la semifinal con un centro de Carvajal convertido en autogol de Savić, una clara oportunidad de Griezmann como réplica que moría junto al palo de Kepa y la sentencia final de Brahim con el Atlético intentándolo a la desesperada.
Todo en el alambre, con 5-3 final, en un ejercicio de funambulismo que daba finalmente la victoria y el pase a un Real Madrid, cuya presencia en la gran final del domingo se convertirá en la tercera consecutiva para el equipo de Carlo Ancelotti en la Supercopa de España.